lunes, 15 de julio de 2019

LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN


LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN
(Miria Gavilán pauyac)
Los criterios de evaluación son los principios, normas o ideas de valoración en relación a los cuales se emite un juicio valorativo sobre el objeto evaluado. Deben permitir entender qué conoce, comprende y sabe hacer el alumno, lo que exige una evaluación de sus conocimientos teóricos, su capacidad de resolución de problemas, sus habilidades orales y sociales, entre otros aspectos.

Los criterios de evaluación deben concretarse en distintas dimensiones, su dimensiones y atributos que permitan medir de manera más precisa la evolución en el aprendizaje del alumno, su nivel y calidad.
Las dimensiones son los diferentes aspectos que componen el objeto de evaluación. Las subdimensiones son diferentes facetas de una dimensión. Los atributos son cada uno de los elementos o ítems que globalmente constituye una dimensión.
Para definir los criterios de evaluación es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
i) Para cada contenido determinar que competencias se esperan desarrollar y establecerle un criterio de evaluación.
ii) Especificar claramente el tipo y grado de aprendizaje que se pretende que el alumno alcance. Deben hacer referencia a aprendizajes relevantes, entendiendo como tales, aquellos necesarios para que el alumno avance en dicho proceso.
iii) Determinar un aprendizaje mínimo y, a partir de él, fijar diferentes niveles para evaluar la diversidad de aprendizajes.
Los Criterios de Evaluación
En la evaluación del aprendizaje con un enfoque educativo con orientación por competencias, ya sea para programas de estudio por asignaturas o con estructura modular o también para cursos específicos, es un requerimiento necesario y complementario a la tarea evaluadora el establecer criterios de evaluación para los diferentes objetivos o aprendizajes esperados, planteados en los diferentes programas de asignaturas o cursos.
Los criterios de evaluación, deben entenderse como indicadores concretos de aprendizaje, los cuales deberían demostrar los alumnos como producto del proceso enseñanza y aprendizaje.
También debe considerárselas como parámetros o patrones, los cuales son utilizados para designar una base de referencia para el juicio de valor que se establece al evaluar.
Los criterios definen “lo que se espera” de algo que se evalúa, es decir, que por medio de estos se puede realizar la “lectura” del objeto evaluado y compararlo con un referente o estándar de desempeño. En este sentido, establecen el nivel requerido y esperado de los aprendizajes y definen cuándo se considera que un alumno y alumna ha conseguido un objetivo determinado.
El establecimiento de los criterios de evaluación requiere de una especificación de los aspectos a evaluar a través de indicadores concretos, consensuados, comunes, y conocidos por los sujetos de la evaluación.
Este proceso se hace especialmente necesario cuando se espera valorar en forma uniforme y estándar a un grupo determinado, en este caso de estudiantes.
Los criterios de evaluación son producto de un análisis y reducción didáctica de docentes expertos en las temáticas de la asignatura, los que proponen la base común estándar o base mínima a alcanzar por los alumnos.

“Pensar en criterios es reflexionar respecto qué evaluar”
Frente a los diferentes objetivos o aprendizajes esperados se proponen los criterios de evaluación o indicadores a considerar y en base a estos, se sugieren y elaboran posteriormente las preguntas para las pruebas y las pautas de observación.
La evaluación basada en criterios previamente establecidos, permite al docente hacer un análisis de resultados de aprendizaje más fino dentro de un mismo objetivo para conocer en qué medida cada uno de sus alumnos ha logrado los conocimientos o competencias específicas y por ende cuánto de las materias vistas en clases han sido efectivamente entendidas.
Por otra parte, el que el docente conozca anticipadamente y específicamente lo que se espera que logren los alumnos facilita su tarea de desarrollo de material didáctico efectivo para su asignatura, en la medida en que sus guías de aprendizaje, ejercicios y otros estén asociados a las pautas de evaluación preestablecidas.

Estos criterios de evaluación deben ser entregados a los alumnos desde un inicio, es decir, previo al proceso de enseñanza-aprendizaje, de esta forma alumnos y docentes comprenden y pretenden lo mismo en las situaciones de evaluación, lo que facilita al docente elaborar pruebas más justas y a los alumnos estudiar mejor y tener mayores opciones de obtener buenos resultados.


Frente a los diferentes objetivos específicos o aprendizajes esperados, se proponen los criterios de evaluación a considerar y en base a estos, se sugieren y elaboran posteriormente las preguntas para las pruebas y/o las pautas de observación:
Los criterios de evaluación son un medio que permite seleccionar los aprendizajes más relevantes de un objetivo de aprendizaje, ya sean de tipo conceptual, procedimental o actitudinal.
El énfasis de estos, por lo tanto, puede estar centrado en:
Comprobar en qué medida se han interiorizado los conceptos de la asignatura (SABER).
Observar cómo se lleva a cabo un conjunto de acciones secuenciadas, ejercicios, resoluciones de problemas, etc. (SABER HACER).
Determinar el grado de adopción (interiorización) de una actitud o valor (SABER SER).


¿Qué es la evaluación formativa?
 La evaluación formativa es un proceso en el cual profesores y estudiantes comparten metas de aprendizaje y evalúan constantemente sus avances en relación a estos objetivos. Esto se hace con el propósito de determinar la mejor forma de continuar el proceso de enseñanza y aprendizaje según las necesidades de cada curso. El enfoque de evaluación formativa considera la evaluación como parte del trabajo cotidiano del aula y la utiliza para orientar este proceso y tomar decisiones oportunas que den más y mejores frutos a los estudiantes. El proceso de evaluación formativa buscar responder a las siguientes preguntas:

¿Hacia dónde vamos?
Es importante que el profesor y los estudiantes compartan el mismo objetivo y que sea claro para estos últimos. No basta con entregar un objetivo al alumno; el docente debe cerciorarse de que este puede explicar cuál es la meta del aprendizaje y cómo se evaluará, de manera que los estudiantes al comprender puedan monitorear su propio aprendizaje. ¿Hacia dónde vamos? busca responder: hacia dónde deben ir los estudiantes y cómo el docente los puede guiar, para esto es fundamental: » Establecer metas de aprendizaje 2 claras y definidas. » Definir indicadores de desempeño que den cuenta del logro de los objetivos. » Promover la comprensión de las metas de aprendizaje de parte de todos los estudiantes
¿Dónde estamos?
En esta etapa, los estudiantes y el docente revisan los conocimientos, preconcepciones y acercamientos que tienen sobre el objetivo de aprendizaje o específicamente sobre los contenidos que se han propuesto como desafío. De esta manera todos los participantes de una clase saben dónde están situados para alcanzar la meta; es decir, dónde comienzan para avanzar en este proceso. Todos los conocimientos que los estudiantes traigan consigo, así como las preconcepciones y posibles errores, servirán como base para construir los nuevos aprendizajes. Esta etapa es importante para no sobrecargar la clase con contenidos que tienen evidencia de estar comprendidos por los estudiantes, así como para no apurar la facilitación de la clase hacia habilidades o contenidos para los cuales los alumnos no están preparados. Con todo, visualizar dónde estamos en conjunto entre profesor y estudiantes, ayudará a tomar mejores decisiones respecto de la actividad planificada y/o del desarrollo de la clase. ¿Dónde estamos? espera conocer y aplicar técnicas de levantamiento de información sobre cómo se encuentran los estudiantes en cuanto al logro de aprendizajes; para esto es necesario: » Conocer las trayectorias y niveles de progreso que siguen los aprendizajes. » Analizar los errores de los estudiantes e interpretar los resultados en base a las metas propuestas
¿Cómo seguimos avanzando?
La última etapa de la evaluación formativa se relaciona con la entrega de retroalimentación efectiva, pero ¿cómo sabemos si la retroalimentación es efectiva o no? En evaluación formativa es necesario que una retroalimentación sea clara y esté centrada en lo que el estudiante realizó correctamente y lo que debe hacer para mejorar o seguir adelante. Es una guía para alumnos y alumnas, quienes deben corregir o mejorar personalmente su desempeño, con la colaboración de su profesor o de sus compañeros de clase.
Es una evaluación al servicio del aprendizaje, pues es utilizada como una herramienta para aprender porque fomenta el rol activo del estudiante a través de la retroalimentación efectiva, la evaluación entre pares y la autoevaluación. En este sentido, todos los actores de una clase son parte y protagonistas de este proceso de evaluación y todos tienen las mismas oportunidades de aprender, pero también de enseñar. Finalmente, la pregunta ¿Cómo podemos seguir avanzando? espera entregar retroalimentación efectiva sobre cómo los estudiantes pueden continuar y cómo el docente los puede guiar en sus próximos desafíos de aprendizaje; para esto, resulta importante: » Realizar una reflexión crítica sobre la propia práctica. » Manejar una variedad de estrategias para ajustar la enseñanza a las necesidades de los estudiantes. » Usar estrategias para promover la colaboración entre estudiantes. » Usar estrategias que promuevan el desarrollo de la autoeficacia y hacer responsables a los alumnos de su propio aprendizaje. » Compartir experiencias exitosas entre los docentes.

ACTIVIDAD
Reflexión sobre los que venimos trabajando sobre los criterios de evaluación en nuestra área

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